El edificio se plantea desde la dicotomía que supone dar respuesta a las necesidades de vivienda privativa al mismo tiempo que se construye ciudad.

Amplias terrazas se escalonan en la fachada principal amplificando espacio público que se desarrolla en la calle Riu Xúquer, y se rematan con el espacio de ocio comunitario de la cubierta desde el que la vegetación desciende cubriendo los antepechos y separando las terrazas privadas.

Volumétricamente, el edificio se organiza en un único cuerpo que discurre paralelo a la calle Riu Xúquer dejando junto al lindero oeste el aparcamiento en superficie. Este volumen se resuelve en tres plantas escalonadas desde los tres metros del retranqueo normativo. Esta operación consigue aumentar la superficie útil de terraza de las viviendas superiores. La planta de la cubierta se aprovecha para introducir los espacios de esparcimiento comunitario ordenados a partir de los volúmenes de las instalaciones de cubierta (ascensor, evacuación y ventlación). El perímetro de la cubierta se rodea de un solárium ajardinado y alberga en la parte central una piscina para los residentes.

Dado el carácter previsible de uso como segunda residencia y su proximidad al frente marítimo, se ha optado por acceder las viviendas desde un corredor común exterior que permite disponer las viviendas alineadas con los regímenes de brisas predominantes (este-oeste) favoreciendo la ventilación de los espacios habitables. La tipología de vivienda define un espacio de día pasante (estar-comedor-cocina) y los dos dormitorios recayendo a ambas fachadas, separados por el espacio de higiene.

El núcleo de comunicaciones verticales toma la dimensión total de la fachada longitudinal interior y adquiere una escala más doméstica, mientras que la fachada principal escalonada y los testeros más abstractos, dan respuesta a la escala de ciudad.